Marx decía que las contradicciones en la base material se resuelven en el plano de las ideas. Su ejemplo clásico es la religión. Simplificando un poco los términos, Marx planteó que bajo ciertas condiciones el trabajador no consigue reconocerse en el proceso de trabajo, lo que significa que en dicho proceso ocurre algo que escapa a la consciencia del trabajador. Esta es una de las fuentes de la célebre "alienación", que sería precisamente esta no identificación con las condiciones materiales de existencia (digamos, el trabajo). La religión, según Marx, es la resolución en el plano de las ideas de esta contradicción. Como el trabajador no se reconoce en el proceso de trabajo, imagina ese reconocimiento en un plano trascendente (el paraíso después de la muerte, digamos). Esta construcción imaginaria no es una pura abstracción, sino que la misma sostiene las condiciones materiales que generan el trabajo alienado, pues al postular una reconciliación trascendente, se incrementa la tolerancia a la no reconciliación inmanente, o sea, en el mundo material.
Me quedo con la distinción contradicción material / reconciliación ideal. Voy a América del Sur 2012. Gobiernos de tinte regionalista hablan de integración, de un nuevo clima de época, de respuestas conjuntos frente a los "países ricos", y demás. El progresismo se entusiasma con el clima de época, cree que todo cambió, y que la voluntad de estos gobiernos cambiará el escenario político regional. En la base material, medidas proteccionistas y desacuerdos de política cambiaria menoscaban los acuerdos comerciales existentes (ni hablar de la posibilidad de construir nuevos acuerdos). Pienso que lo que se dice no es una vía para alcanzar lo que se desea, sino una resolución ideal (en el plano de los gestos, de las convicciones, los ideales) de las contradicciones concretas (los intercambios comerciales, los acuerdos económicos sustentables).
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