Leo lo que escriben sobre la condena a Baltazar Garzón Gustavo Arballo, Mario Wainfeld y Eugenio Zaffaroni. Arballo evalúa el caso desde una perspectiva jurídica, Wainfeld desde una perspectiva política, y Zaffaroni desde una perspectiva, digamos, de teoría del poder judicial. Arballo concluye que, guste o no ideológicamente, la condena es irreprochable en términos jurídicos. Wainfeld sugiere que los elementos jurídicos no importan porque "la dimensión de un protagonista a menudo se mide por quiénes son sus enemigos". Por lo tanto, concluye que la condena es un triunfo de la derecha reaccionaria, nada más. Zaffaroni tampoco brinda elementos jurídicos específicos y condena el fallo por restringir la libertad del juez y, de ese modo, sentar un precedente favorable a la verticalidad judicial. Es un argumento que me resulta incomprensible: ¿garantizar la pluralidad del poder judicial implica que las acciones de los jueces no pueden ser sancionadas? Suena absurdo, pero no veo en el artículo de Zaffaroni ninguna sugerencia respecto de dónde estaría el límite entre la autonomía de un juez y su potestad para hacer cualquier cosa.
El argumento de Wainfeld es discutible. Evaluar todo hecho social, judicial en este caso, mediante parámetros ideológico-políticos, implica en última instancia la negación del derecho. Digamos que en términos jurídicos, lo que importa es si una persona comete o no un delito, no su ideología. Evaluar la condena a Garzón en términos de confrontaciones ideológicas que no tienen propiamente que ver con los elementos jurídicos, implica sugerir que el poder judicial debe manejarse con criterios políticos. Los problemas que esto genera son bastante obvios.
Jopa: Si bien el artículo de Wainfeld es discutible per se, por atribuirle a un falló judicial motivaciones políticas, creo que lo q intenta es ir más allá del falló en sí para ver el por qué se llegó a esta instancia y ver que más que por sus delitos o fallas como juez, se decide en España juzfarlo y deshabilitarlo por cuestiones políticas y lo que significaban sus fallos e investigaciones y no por las fallas que estás pueden llegar a tener. En resumén, si nunca hubiese investigado al franquismo y al PP, nunca la justicia española hubiese notado sus procedimientos erróneos, esto da que más allá de lo reprochable o no del falló en sí, hay una desición política de limitar el accionar de un juez y para ello buscamos todos los recursos como para hacerlo, para ejemplificar metemos en cana a AL Capone por fraude impositivo.
ResponderEliminarJuto, estaría de acuerdo con tu lectura si Wainfeld demostrase que en el caso se utilizó un artilugio legal usualmente ignorado para condenar a Garzón, pero el argumento es mucho más simple y está condensado en la frase "la dimensión de un protagonista a menudo se mide por quiénes son sus enemigos". Yo no niego que lo que señalás pueda ser un elemento a tener en cuenta, pero no veo que el artículo de Wainfeld vaya por ese lado. Veo que directamente se ignoran los elementos jurídicos y se toma a la cusa como un episodio puramente político.
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