Me puse a leer la nueva carta abierta sobre reforma constitucional. No pude pasar los dos primeros párrafos porque, sencillamente, no entiendí nada. Seguramente sus autores dirían que ellos no se someten a los cánones convencionales de la comunicación, que buscan nuevas formas de escritura que expresen nuevas subjetividades, y cosas por el estilo. Para mí eso es una forma de justificar la falta de claridad de ideas y la pereza que implica no buscarla. Escribir con palabras difíciles y fórmulas poéticas es, creo, mucho más fácil que expresar una idea en forma clara y concisa.
Acá van los dos párrafos que llegué a leer:
El actual gobierno mantiene una diferencia que se hace notoria cuando
crece la espesura de hechos que son portadores de cierta turbación y
ambigüedad. Pero en las innumerables tensiones de la hora, permanece
siempre un sentido decisorio ligado a un círculo efectivo de protección
de las grandes reformas introducidas en la vida social, en la economía
de los sectores populares, en las acciones que involucran al Estado
asumiendo responsabilidades colectivas indelegables. Y, desde luego, en
el tejido de la memoria nacional, como lo demuestran los juicios que
siguen ensanchando las fronteras de la democracia activa, hijos del
hiato que significó la decisión de que los símbolos del terrorismo de
Estado caigan de las paredes del Colegio Militar en donde superponían la
historia aciaga del pasado con las historias nuevas que debía vivir el
país.
Así, el kirchnerismo es un implícito y explícito sentido de la
historia basado en el igualitarismo político, social y de género; en el
desarrollo nacional compartido con nuevas políticas ambientales, lo que
aún debe perfilarse con vigor e imaginación nueva; en la modernidad
basada en críticas pertinentes a la globalización; en el autonomismo de
los movimientos sociales, aun cuando entre ellos y el Estado todavía
deben generarse posibilidades más ricas de interrelación; en la
promoción científica y técnica bajo el doble resguardo de la soberanía
nacional y la autonomía del pensamiento crítico; en un
latinoamericanismo activo que se inspire en los legados más que
centenarios y pueda concretarse en el siglo XXI en nuevas sociedades
mancomunadas sobreponiéndose a las acciones desestabilizadoras que son
un acecho permanente, como lo demuestra el caso del Paraguay. Y tantos
otros hechos, operantes en la memoria pública, que no se pueden
oscurecer por los tropiezos y obstáculos que se ciernen en el horizonte.
Pero el kirchnerismo es también una actuación posible, necesariamente
creativa, en un mundo capitalista en quiebra, que como decían viejos y
respetables escritos, surge y crece con sangre entre sus poros,
arrastrando a los procesos populares, muchas veces, en su ordalía de
decadencia y servidumbre.
Llegue sólo al primer párrafo, lo demás lo puedo suponer. Esta necesidad de los ensayistas argentinos de pretender ser borgianos....
ResponderEliminarA propósito, creo q tu post anterior es de los mejores q has producido en tu blog, más allá de diferencias ideológicas y teóricas en cuanto a que es el sentido.
Gracias Juto. A ver si logro mantener el nivel ahora. Al menos soy más breve que Carta Abierta.
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