Se me ocurren dos posibilidades. O bien el gobierno quiere instalar el tema de la re-reelección para eventualmente cerrarlo, buscando dar una muestra de virtuosismo republicano, o bien quiere instalarlo para efectivamente buscar dicha re-reelección. En cualquier caso, es claro que el gobierno quiere mantener el tema abierto; en caso contrario, Cristina abría dado instrucciones bien claras de que no se hable.
Más allá de las virtudes y desventajas que una reforma constitucional pueda tener para el país, creo que sería bueno que ciertos sectores de la sociedad civil, más que nada los académicos y los periodistas, comiencen a plantear un debate. Es un debate necesario porque, termine el gobierno buscando la reforma constitucional o no, el tema aparece cada vez que un funcionario se acerca al final de su segundo mandato, no solo a nivel nacional. Creo que sería bueno que la sociedad civil deje de correr siempre atrás del poder político, dando discusiones cuyos términos responden a la estrategia coyuntural de un gobierno, y pueda encarar ciertos temas con más autonomía y amplitud.
Hoy en día el tema de la re-reelección está centrado en Cristina. Pero hay preguntas más amplias que merecen atención: ¿Para qué sirve una Constitución? ¿Cuán rígida o cuán flexible debe ser? ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de limitar el tiempo que un mandatario puede permanecer en el poder? Sería interesante abrir foros, convocar a juristas, historiadores, politólogos y filósofos para dar esta discusión; antes de que la disputa más Cristina vs. menos Cristina termine suprimiendo la posibilidad de pensar el tema con cierta profundidad.
Es un tema interesante y complejo el que planteás Jopa. Sin ser experto en teoría constitucional, me animaría a decir que el fin último de una constitución es velar por el principio de soberanía popular. Es decir, reglar sobre un sistema periódico de votación que asegure que la población elige a quien quiere que la gobierne. También una constitución debe velar por el principio de división de poderes, es decir que una vez los gobernantes estén en el poder, haya mecanismos y otros poderes del estado que controlen lo que hacen. Que controlen pero permitiéndoles gobernar. Esos son algunos principios que creo debieran estar contemplados y en equilibrio en una constitución. Porqué no también los mecanismos de participación ciudadana, como el uso y reglamentación de los referendums populares. En el caso de la reelección de Cristina, me parece que una buena salida es hacer en algún momento una consulta popular, que puede ser vinculante o no, sobre si la ciudadanía quiere o no una reforma constitucional que posibilite que Cristina se vuelva a presentar. Creo que en Venezuela se hizo eso. No me parece una mala opción. Yo priorizaría el principio de soberanía popular en caso de que las mayorías quieran seguir teniendo a Cristina como presidenta, y Cristina esté dispuesta por supuesto. En fin, es una opinión para tomar el guante del debate que proponés. Un saludo.
ResponderEliminarAlvaro, yo soy escéptico respecto de la idea de soberanía popular como principio de legitimación de las instituciones. Tiendo a pensar que las democracias modernas se basan más en acuerdos tendientes a garantizar la convivencia en la pluralidad, más que en la realización o el servicio de alguna voluntad o interés. Es un tema efectivamente complejo, sobre el cual no existe consenso en la Argentina, y por eso mismo valdría la pena dar un debate profundo, antes de quedar atrapados en la coyuntura.
ResponderEliminarSaludos.