domingo, 8 de enero de 2012

Intelectuales

La cuestión es, desde mi punto de vista, la siguiente: un intelectual (o sea, alguien que se dedica a comprender, mediante ideas y conceptos, la realidad) no puede ser un activista político (o sea, alguien que busca transformar la realidad). Ello por el siguiente motivo: comprender algo no conlleva ninguna prescripción para la acción. Comprender es una cuestión cognitiva, y actuar es una cuestión práctica. Ambas actividades corresponden a dos facultades distintas. Que ambas están relacionadas y se necesitan mutuamente es obvio. Que puedan complementarse una a la otra y formar una unidad es una fantasía; la fantasía marxista, digamos.

Los intelectuales de Carta Abierta quieren ser intelectuales militantes, pero terminan siendo militantes y no intelectuales. Esencialmente porque son estratégicos, tienen un programa político que defienden y que determina lo que dicen y dejan de decir. Enmarcan su discurso en una contienda política antes que en un compromiso irrenunciable con decir las cosas como son. Ya sé: es imposible decir las cosas como son, sin preferencias políticas que se inmiscuyan. Pero el compromiso con la verdad no presupone la existencia de verdades absolutas, sino la no subordinación de la búsqueda de verdad a otras preferencias, por ejemplo políticas.

Los intelectuales de Plataforma quieren ser intelectuales militantes, y no son ni una cosa ni la otra. Están demasiado comprometidos con la verdad como para actuar estratégicamente, como requiere la política. Pero quieren transformar esa enunciación de la verdad en un acto político, lo cual solo es posible cuando la verdad no se conoce. En la Argentina de hoy no se desconoce que los gobiernos provinciales reprimen brutalmente; lo que ocurre es que esa represión no tiene mucho impacto político. Para que tenga impacto, hace falta hacer algo más que darla a conocer: hace falta actuar. Y de nuevo: no se actúa enunciando la verdad.

El problema, como yo lo veo, no es qué posición política toman los intelectuales; el problema es que confundan su actividad con dicha posición.

9 comentarios:

  1. Absolutamente de acuerdo con vos. Yo creo que el intelectual debe ser inorgánico, puesto que necesita la suficiente libertad intelectual para ejercer las reconstrucciones cognitivas necesarias para observar la sociedad, y para no perder credibilidad.
    Todo el mundo "celebra" la apertura de espacios de debate, pero el tema es que mientras Plataforma se defina en oposicion a Carta Abierta (no explicitamente claro), no hay debate posible, hay, si, militancia.
    El foro de la verdad, que intenta desplegar Plataforma, es en realidad, un intento por denunciar lo que todos sabemos, que las estructuras son las mismas que en los 90 (corrupcion,caudillaje, represion), y eso es saludable, como principio para la acción. Ahí es donde se confunde peor, porque en ese caso deberian plantear una plataforma y convertirse en partido.

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  2. Sí, de acuerdo. Yo creo que más que plantear una plataforma política, deberían renunciar explícitamente a tener un proyecto político y dedicarse a plantear y discutir temas. Si no, van a quedar inevitablemente atrapados en la cuestión de la estrategia, y en ese sentido creo que la respuesta de González es válida: desde la pura denuncia no se genera política.

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  3. EStoy bastante de acuerdo con la planteado. Creo que Plataforma tendría razón de ser, si en vez de intentar generar una estrategia se limitaran a plantear y discutir temas que a su vez puedan ser retomados por algún partido para convertirlos en estrategia y en políticas efectivas. Ahi es cuando renuevo mi comentario de que el único sector político que hoy en día veo con ánimos (si bien no reales, al menos discursivos) de tomar lo planteado por Plataforma es justamente algunos sectores del FPV (esto al menos se ve al hablar con algunos militantes) y ahí es cuando todo vuelve a hacer ruido. Porque surge el interrogante de para quién esta hablando Plataforma, con que intenciones políticas, porque creo que esta claro que esas son las intenciones de Plataforma, y ahí creo que esta su ruptura tan temprana, cuando ciertos intelectuales que quieren enunciar su mirada sobre la realidad ven usada esa mirada como posicionamiento político de otros intelectuales y sus defendidos políticos. Creo ver que Plataforma nació como un espacio como JOPA reclama, pero se vió rápidamente coptado por una opocisión no política (puesto que le faltan políticos con legitimidad) y que por ende se reduce a la defensa de ciertos grupos en su cruzada contra el gobierno. Me parece fundamental el lugar que podría ocupar Plataforma siempre y cuando en el reconocimiento de la coyuntura, luche enunciando la realidad para que pueda ser retomado, más allá de las banderas que se lleven. Más allá de esto, Plataforma choca con el vacío de un espacio legitimo para retomar sus "progresistas" reivindicaciones, ojlá el FAP se puede erguir en esa voz que en Argentina sólo pudo encarnar el peronismo, con todo lo otro que también implica.

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  4. JUTO, el desafío sería, creo yo, encontrar un posicionamiento intelectual que logre autonomía frente a las discusiones propiamente políticas. Autonomía no significa aislamiento, y esa utilización de ideas con fines políticos que señalás es en gran medida inevitable, y no del todo indeseable. Entonces, creo yo, los intelectuales tienen que aceptar que lo que dicen puede ser utilizado políticamente por uno u otro grupo, incluso para empeorar los problemas que enumeran. En eso consiste la relación entre conocimiento y política que intento presentar: la actividad intelectual no tiene signo político, pero inevitablemente lo adquiere al ingresar al espacio político. Si al intelectual no le gustan las consecuencias políticas de la verdad que enuncia, puede hacer dos cosas: o bien pasar a ser un activista político, o bien buscar aislarse lo más posible del mundo político. Lo que nosotros, en tanto opinadores sobre política, hacemos con las verdades que Plataforma enuncia, queda para la discusión política, donde lo que pesa no es tanto el conocimiento sino los valores y la estrategia.

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  5. Ese es un punto de vista muy interesante, porque en tanto estrategia, lo que plantea Plataforma puede ser tomado por cualquier partido (incluso por las partes del fpv que insisten con que "todavía falta").
    Me gustaría introducir en este analisis una perspectiva que desde hace tiempo me rige para analizar la realidad politica actual, es lo que sostiene Foucalut, a partir de entender que el poder, en su parte mas capilar, no tiene ideologia, es decir no se rige por valores (se rige por otras cosas, intereses, posicionamientos, "pertenecer"). Desde ahi, pienso que el gobierno actual es muy eficaz en su parte "capilar" (llamese La cámpora, la Jp, etc.),no necesariamente desde un punto de vista ideologico,(ellos mismos no saben si son de izquierda, de centro o de mas allá, ni a quien "le hacen el aguante")y ha sabido aglutinar mucha parte de su fuerza, de su poder, ahí.
    Este tipo de movivmientos, hoy por hoy, es esencial par lograr una alternativa (cosa que el FAP, no posée y no puede construir), poder unir movimiento e institucionalidad.
    En cuanto a Plataforma, en su manifiesto realizó denuncias sobre verdades no muy ocultas, en pos de una posición ideológica que intenta rescatar el pensamiento critico. pero volviendo a lo que jopa decia,asi no se hace politica.
    Creo que lo que pasó con jp Feinmann, es un ejemplo de la dicotomia de los intelectuales, puesto que tuvo que desprenderse del rótulo de "filosofo del kirchnerismo" porque, justamente, se dió cuenta que la credibilidad es el capital del intelectual, y que sobretodo, tiene que poder pensar con autonomia. (entiendo que no fué muy prolijo, por eso ahora los k lo quieren quemar en la hoguera)...

    PD: soy el mismo del anónimo de más arriba. Pablo

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  6. Pablo, desde mi punto de vista, lo único que le preocupa a Feinmann es apuntalar su propio narcisismo. Creo que en muchos casos la militancia política es una salida que encuentran los intelectuales mediocres para resolver su incapacidad intelectual.

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  7. Es cierto, Feinmann es un filósofo que a pasado por muchas corrientes, pero su principal influencia es él mismo, es Feinmanniano. Por mi parte, nunca olvido que este tipo de intelectuales mediáticos tienen editores y un mercado que abastecer, de esa manera, uno descubre, quizá, a un buen escritor,o a un esforzado historiador, pero no a un filosofo.

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  8. http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-185201-2012-01-11.html
    Salió un nuevo grupo, que viene a traer más luz y oscuridad a todo el asunto de los nuevos intelectuales....

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  9. Buen dato JUTO. Esto ya se pone medio extraño. Empiezan a circular declaraciones con listas de firmas, cada una respondiendo a una anterior. Nada de lo que se dice me parece muy original, así que no veo qué aporta todo esto más allá de dejar sentada la posición de cada intelectual.

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