Cuando asesinaron a Mariano Ferreyra, el gobierno nacional buscó responsabilizar a Duhalde, y no pudo. Hoy recurre a la misma estrategia. Hay indicios de que las ocupaciones pudieron haber sido incentivadas u organizadas por grupos políticos, pero de ahí a sugerir que Duhalde organizó los hechos desde las sombras, hay un salto que se basa en imaginarios y lugares comunes más que en evidencias. Es cuestión de poner en marcha el imaginario progresista, según el cual Duhalde representa "la mafia", "el narcotráfico", "la desestabilización". Ya algunos blogs empiezan a hacer eco: "la quieren bajar", "esto está armado", "estoy seguro de que Duhalde está detrás de todo esto". Está presente la idea de que este gobierno está afectando a "las corporaciones" y a "intereses muy poderosos", que no se van a quedar quietos. Cuando sucede algo que afecta al gobierno, se lo interpreta como una confirmación de esta premisa. Todo cierra perfectamente. No hace falta hablar de la inaficacia del gobierno para prevenir los episodios de violencia. La culpa la tiene otro.
Lo que es llamativo es la fuerza de ciertos imaginarios, y la capacidad de un discurso para volverse creíble solo a fuerza de presupuestos e ideas de sentido común. Como siempre, lo que se pierde es la capacidad de pensar, de analizar y de cambiar. Lo que se fortalece es la percepción de que estamos en lo correcto, y de interpretar todo lo que sucede como una confirmación de que siempre tuvimos razón.
Básicamente estoy de acuerdo con el planteo de no dar por cierto percepciones que podamos tener quienes no contamos con elementos probatorios. Por que no creer entonces, que quienes si los tienen, están en lo cierto? llámese inteligencia estatal.
ResponderEliminarMi percepción me venía diciendo que algunos de los grandes intereses económicos que se habían visto perjudicados por algunas medidas de los 2 ó 3 últimos años de este gobierno, no se iban a quedar de brazos cruzados. Me había imaginado la creación de una estructura tipo triple A, con atentados y asesinatos puntuales, tal vez por haber vivido aquella época. Eligieron otra modalidad tal vez más ruidosa y burda. No tengo ninguna prueba de lo que pienso, tampoco podemos ser tan inocentes de creer que no iban a dar batalla y que no habrán buscado políticos de aliados como ha venido sucediendo en la historia argentina.
María, tu comentario no solo confirma mi argumento, sino que lo amplifica. Vos no solo estás dispuesta a creer la idea de que Duhalde está detrás de cualquier cosa que le salga mal al gobierno, sino que sostenés una hipótesis mucho más genérica, y por lo tanto más irrefutable e inmune a la realidad, de que lo que está detrás son "intereses podersosos". Básicamente vos ya tenés la premisa de que a este gobierno esos "intereses podersos" lo van a tratar de destruir por cualquier medio, e interpretás la realidad en función a dicha premisa. Es la misma forma de razonar que usaban las dictaduras comunistas cuando había alguna movilización en reclamo de democracia o libertad de prensa, para no poner otros ejemplos más macabros.
ResponderEliminarTraés además la experiencia de la Triple A como apoyando tu argumento, cuando tal experiencia salpica bastante más a muchos de quienes apoyan a este gobierno que a los "intereses poderosos" (asumo que te referís principalmente al Grupo Clarín y a la Sociedad Rural) que se le oponen. Mirá si no quiénes son los sindicalistas y los gobernadores que están con el gobierno, y las prácticas a las que siguen recurriendo (el asesinato de Mariano Ferreyra y del manifestante toba en Formosa).
La ingenuidad no pasa pasa para mí por no creer la hipótesis conspirativa y auto-complaciente del gobierno. Sin duda que en una sociedad acostumbrada a la violencia política y a los golpes institucionales, hay que estar atentos al origen de episodios como los que vienen ocurrindo. Pero eso no implica simplificar y distorsionar las cosas al punto de pensar que tales elementos están de un solo lado, y que conviene creerle al gobierno todo lo que dice.
así es Jopa, todos tenemos nuestras premisas previas desde donde evaluamos la realidad, acaso es posible despojarte de ellas? Fijate que vos pensás al gobierno desde la premisa de que son los mismos sindicalistas y gobernadores que provienen de la Tripe A y prosiguen sus prácticas. Seguramente unos cuantos sí, y seguramente otros cuantos no. Apoyo a los que no.
ResponderEliminarMaría, tu respuesta no tiene nada que ver con el tema de discusión. Tu planteo es que yo tengo ciertas premisas, vos tenés otras, y que cada uno ve la realidad a través de ellas. Con eso esquivás mis cuestionamientos a la razonabilidad de tus planteos de que detrás de los episodios de violencia hay intentos de desestabilización al gobierno. Parecería que, incapaz de defender tu posición con argumentos, convertís al asunto en una cuestión de opiniones puramente subjetivas, sobre las cuales no hay argumentación posible. Así, en vez de prestar atención a mi argumento, pensarlo y, eventualmente, buscar refutarlo, lo distorsionás para presentarlo como una simple visión relativa de las cosas. De ahí tu arbitraria definición de que yo pienso al gobierno desde la premisa de que son los mismos que integraron la triple A y siguen sus prácticas, lo cual distorsiona exageradamente lo que escribí en mi comentario.
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