miércoles, 9 de febrero de 2011

El gobierno contra el debate

A diferencia de los que sostienen que en la Argentina de hoy hay un resurgimiento del debate político, yo pienso que lo que hay en realidad es un recalentamiento político que carece de debate. No todo conflicto, sea físico o lingüístico, es un debate. En una cancha de fútbol, por ejemplo, uno ve posiciones diferentes, y hasta estructuras aparentemente argumentales ("ustedes no tienen huevos porque en tal ocasión salieron corriendo, nosotros sí los tenemos porque nos plantamos"), pero nada parecido a un debate.

Para que exista debate tiene que haber, antes que nada, verdades indiscutidas. Si no hay algún acuerdo común que en sí mismo esté fuera de debate, el mismo es imposible. Para tener puntos de vista diferentes, primero es al menos necesario saber que estamos todos mirando la misma cosa. Yo no puedo, por ejemplo, argumentar que es preferible tener un perro a tener un gato, si le llamo gato a un león, o la otra persona le llama perro a una vaca. Si no acordamos en que, en algún punto, las cosas son lo que son, los argumentos son imposibles, y por lo tanto también el debate.

Este gobierno (como muchos otros) se muestra más interesado en destruir esas verdades comunes que son necesarias para el debate, que en dar el debate mismo. Esto es especialmente visible en la forma sistemática en la que el gobierno miente sobre la inflación, transformando una verdad fáctica en una cuestión de debate. De ese modo, lo que sería un debate sobre cuáles son los efectos de la inflación, cuáles son sus perspectivas hacia el futuro, qué debe hacerse al respecto, y demás, se convierte en una pelea absurda sobre la existencia o no de la inflación, sobre si hay inflación o "dispersión", "aprovechamiento" y demás términos, que no hacen más que jugar con el lenguaje a tal punto que ya no podemos siquiera estar seguros de lo que significa una palabra. Algo similar ocurre con el calificativo "monopolio" con el que el gobierno se refiere al grupo Clarín, distorsionando así la realidad y dificultando el debate sobre los medios.

Lo que estos casos demuestran es que lejos de estar interesados en dar debates, el gobierno busca presentar una realidad funcional a su posición. Cuando alguna verdad fáctica complica dicha posición, el gobierno la saca del camino convirtiéndola en parte del debate, es decir, convirtiendo el hecho mismo en una opinión. Más allá de las consecuencias de esta estrategia, lo cierto es que la misma socava cualquier posibilidad de debate.

9 comentarios:

  1. El actual gobierno está demasiado ensimismado en torno a la entelequia “profundizar el modelo nacional y popular en donde la política subordina la economía”, sin explicar demasiado en qué consiste tal afirmación. La razón principal es que en función de los intereses del gobierno (continuar ejerciendo el poder sin límites durante el mayor tiempo posible comprando apoyos y castigando a los díscolos) tal afirmación no solo no necesita ser explicada sino que ni siquiera conviene ser explicada, dado que perdería su poder de persuasión y movilización sobre sus partidarios. Lo mismo ocurre con conceptos “dispersión”, “monopolio”, “poderes hegemónicos”, “aprovechamiento”, “el relato”, “el país real y el virtual”, etc, tal como son utilizados en la actualidad por el discurso oficial. Son como los mitos movilizador del cual hablaba Sorel, pensados para llegar menos al intelecto y mas al corazón.
    Por lo tanto, pocas cosas más contraproducentes pueden existir para el actual gobierno que un genuino debate.

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  2. Estoy de acuerdo con el post y el comentario.
    Pero tambien hay una responsabilidad en la sociedad, la cual sigue pensando que menem era liberal y que culpa de las """privatizaciones""" todo se vino abajo, y que nuestros males son culpa de los extranjeros.
    Lo que logran esos argumentos propios de un reaccionario borracho, es que tengamos kirchnerismo por varios siglos.

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  3. Lo de negar la inflacion, es propio de un hijo de mil puta.

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  4. Es cierto que a veces es más difícil y riesgoso discutir sobre ciertos temas que sencillamente negarlos. Y también creo que esto lleva a una cierta actitud conservadora, según la cual ante ciertas cosas que no se pueden solucionar, se opta por negarlas y dejarlas como están.

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  5. Aprendé a escribir. Es "dispersión". Por otro lado, el debate sí volvió, lo que no hay son ideas nuevas...

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  6. Creo que el tema es que como está gente carece de plan y de conceptos para entender la realidad y plantear soluciones genuinas, dado que no es más que una banda de aventureros afortunados sin la más mínima preparación intelectual para estar donde están, no les queda otra que evitar el debate recurriendo a chicanas y piruetas dialécticas. Fijate que son incapaces de definir los conceptos que repiten como mantra y esconden los datos duros porque la sanata a la que recurren permanentemente no resiste la contrastación empírica.

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  7. Me gustaría conocer la opinión de algún defensor del gobierno sobre este tema. Lamentablemente últimamente los únicos que comentan se limitan a expresar su indignación por lo que opino.

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  8. Muy buen post amigo! Me parece interesante como aborda la cuestión desde un punto de vista linguistico. Ha calado hondo con esto. Pues, yo notaba que algo no terminaba de cerrar en los actuales debates, pero no acertaba en qué era lo extraño, aquello que "molestaba". En cambio ahora lo veo claro, no es simple desviación del tema, sino poner en debate los términos mismos de aquello sobre lo que se intenta debatir.
    Gracias.
    Saludos.

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