domingo, 6 de febrero de 2011

Medios: desconcentración por un lado, estatismo por el otro

Vamos a suponer que la batalla contra los medios es tal como la describen los partidarios del gobierno. O sea: en el país hay grupos multimediáticos que concentran gran parte del mercado. Estos grupos tienen sus propios intereses económicos, que defienden a costa de cualquier criterio periodístico. Como la información no es una mercancía cualquiera, sino un bien vital para la calidad de la democracia, es necesario desconcentrar el mercado de medio para generar mayor diversidad en el consumo de información. Por eso es necesaria una ley de medios que regule el mercado en ese sentido. Pero además, puesto que dichos medios concentrados son, por su actual concentración del mercado, extremadamente poderosos, y poque su falta de escrúpulos es absoluta, el gobierno debe dar una batalla utilizando todos sus recursos disponibles. Por eso, es legítimo que convierta a los medios estatales en órganos de propaganda, y que financie una red de medios no estatales que funcionan del mismo modo. También es legítimo que utilice la pauta oficial para financiar a esos medios en desmedro de los medios opositores. Esa es la única manera de contrapesar en alguna medida el discurso hegemónico de los grupos multimediáticos.

Supongamos que acepto este relato y digo: "está bien que el estado financie medios que son en efecto órganos de propaganda, está bien que maneje discrecionalmente la pauta oficial en beneficio de los medios subordinados". Pienso un poco más y pregunto: "¿pero qué va a pasar cuando salga la ley de medios? ¿Van a regular la distribución de la pauta oficial? ¿Van a desmontar la red de medios gubernamentales?". O sea: ¿hay algún plan para desconcentrar el mercado de la información, o vamos a tener un achicamiento de los grandes medios en favor de un entramado gubernamental sin control? ¿Por qué es tan importante terminar con la hegemonía de los grupos multimediáticos, pero del poder mediático estatal no hay por qué preocuparse?

Ya sé: hoy los medios estatales no son nada comparado a TN y Clarín. Pero lo que se está discutiendo es un proyecto, una dirección en la que se están manejando las cosas. Y si el problema es que hay problemas de concentración de atentan contra la pluralidad de medios, el manejo discrecional de la pauta oficial (que, al parecer, se ha multiplicado significativamente en los últimos años) es uno de ellos. Entonces, ¿a qué apunta la estrategia oficial sobre medios? ¿A pluralizar la oferta de información en general, o a pluralizar la oferta privada de información mientras subsiste una creciente y centralizada red de medios pro-gubernamentales financiados por el Estado? En realidad, creo que en el imaginario del gobierno se trata de la misma cosa. Pluralizar no significa generar mecanismos regulatorios que impidan la concentración, sino debilitar a los principales medios y contrapesarlos con la oferta de información gubernamental. Así, mientras que por un lado se debilita a Clarín, TN y La Nación, por el otro se financia sin regulación alguna la red de medios gubernamentales. Y así, en vez de un discurso único, tenemos al menos dos discursos.

1 comentario:

  1. Análisis barato, muy barato...

    La culpa de todo la tiene el gobierno...

    ¿Y quién carajo se preocupó por los medios de comunicación antes del debate de la Ley de Medios?

    ¿Qué hicieron los "intelectuales" de la calle Uriburu?

    ¡Con qué facilidad se hacen análisis!

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