Hace rato que vengo notando dos kirchnerismos: uno delirante y otro pragmático. El primero es el de los "intelectuales" y los artistas, gente que de política concreta entiende entre poco y ni un pomo, y solo habla de las ideas, de la batalla cultural, del lenguaje político, y cosas así. Este kirchnerismo es intolerante y piensa que solo las personas egoístas pueden pensar diferente a ellos. Entonces reaccionan a la victoria de Macri como Fito Paez u Horacio González: con despecho, despotricando, despreciando, imaginando que el voto refleja una cierta condición moral.
El kirchnerismo pragmático se interesa por la política concreta. Sabe que la política está atravesada por muchas dimensiones, que la moral es solo una de ellas, y ni siquiera la más importante. Son estrategas y así interpretan la victoria de Macri: analizando los distintos tipos de votantes, los errores propios, las posibles estrategias para el futuro, y demás. Saben que la política es así y regulan su mala sangre.
No es que suela estar de acuerdo con los kirchneristas pragmáticos, pero cuánto más cuerdos son que los delirantes.
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