lunes, 20 de junio de 2011

Causa Malvinas e identidad nacional

Uno de los mejores libros sobre la cultura política argentina escrito en los últimos años es, a mi juicio, Sal en las heridas. Las Malvinas en la cultura argentina contemporánea, de Vicente Palermo. El argumento del libro es claro y convincente: la causa nacional respecto de las Islas Malvinas ha estado más orientada, durante por lo menos los últimos cincuenta años, a reforzar una cierta identidad nacional que a recuperar efectivamente las islas. Por eso los gestos de la Argentina al respecto tienden a ser grandilocuentes e ideologizados, al punto de que muchas veces no solo no aportan nada al objetivo de la recuperación sino que incluso lo dificultan. Por eso Cristina, que en este punto ha mostrado continuar con la misma tradición respecto de Malvinas, se expresa públicamente sobre el tema con palabras que expresan una ideología de resentimiento frente al Reino Unido. Curiosamente, la Presidenta pretendió darle a este país una lección ética sobre el tema, algo a lo que la Argentina debería haber renunciado luego de la ocupación de 1982.

Muchos piensan que, más allá de la cuestión diplomática (donde los derechos argentinos sobre las islas son mucho más ambiguos de lo que el sentido común nos indica), la causa Malvinas expresa un ser nacional que nos aglutina. Se suele otorgar a la misma un carácter unificante y expresivo de la identidad nacional. Ello lleva a los políticos a buscar aprovecharla con fines electorales, siendo que, en principio, la causa Malvinas se presenta como algo que une a todos y frente a lo cual nadie está en desacuerdo. Poco parece haber cambiado al respecto con la fracasada ocupación del 82.

Esta forma de pensar reproduce una forma de pensar la identidad nacional que es cuestionable y, pienso, anticuada (algo a lo que se refirió Hilda Sábado en este artículo). Presentar la causa Malvina como una cuestión de orgullo nacional induce, en primer lugar, a una errónea interpretación de la historia, cuyas potenciales consecuencias negativas para el país quedaron en evidencia en el 82. Este error consiste en pensar que las Islas Malvinas pertenecen a la Argentina por algún tipo de derecho natural o adquirido que el Reino Unido viola con alevosía. En segundo lugar, ligar la identidad nacional a una causa anti-imperial y, como si fuese poco, territorial, difícilmente nos ayude a pensar el lugar de la Argentina en el mundo en términos más abiertos y dinámicos, acordes a un mundo donde la propia idea de "identidad nacional" está cada vez más en cuestión.

La causa Malvinas es hoy una cuestión ideológica interna antes que un tema internacional, si tenemos en cuenta que la recuperación de las Islas es inimaginable en un plazo razonable. Por eso, repensarla sería una forma repensar la identidad nacional en su conjunto, tal vez más acorde a un mundo que ha cambiado mucho en los últimos cincuenta años.

2 comentarios:

  1. Lejos de reivindicar la pretendida ocupación de 1982 o las declaraciones de la Presidente, Malvinas es un item clave en lo referido a la soberanía nacional. La soberania como el territorio son elementos esenciales de un Estado, por lo tanto es función de los gobernantes garantizarlos.
    Es indiscutible que Argentina tiene derecho a reclamar ese territorio. Por un lado cuenta con apoyo favorable a la defensa de ese derecho, y mantiene en la ONU un proceso a fin de resolver este conflicto. Por otro lado, el Reino Unido se niega a discutir el tema, aprovechando de su posición de potencia para frenar el proceso en la ONU. La pregunta básica que surge es: Si la Argentina no tiene derechos sobre el territorio de Malvinas, porque Reino Unido no se sienta a discutir el tema para darle cierre al mismo?
    Mantener presente el tema Malvinas es un elemento esencial para lograr una eficaz defensa.
    Malvinas no es un tema menor, SI es utilizado muchas veces para fines distintos al manifestado..

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  2. Si la Argentina tiene o no derechos, no es una cuestión que yo pueda responder. De todos modos, me parece que eso no necesariamente explica que el Reino Unido no discuta el tema. De hecho hasta la ocupación argentina esa discusión existía. Luego, siendo los vencedores de una guerra no iniciada por ellos, los ingleses se consideraron en condiciones de cerrarla. Posiblemente haya en ello una cuestión de orgullo nacional.

    Yo no estoy necesariamente en contra de reivindicar la soberanía sobre las Malvinas, pero no veo esa reivindicación como algo vital para la identidad nacional.

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