Sigo las diferentes reacciones de los kirchneristas frente al episodio Schoklender. Los bloggers K, más atentos a la realidad sociopolítico que a las batallas culturales, eligen el silencio. Asumo que reconocen las falencias del gobierno y de la fundación de Hebe que quedaron expuestas, y que siendo que ellos escriben a favor del gobierno, conviene callar. Los "intelectuales" K, siempre los más fundamentalistas, han optado por exaltar la santidad de Hebe con un fervor literalmente religioso. Esta columna escrita hoy por Forster bien podría haber sido escrita por un cura sobre Cristo.
Pensé en cuestionar lo que allí estaba escrito. Después pensé que no tenía sentido. Sería como cuestionar un sermón. Qué país aburrido para debatir.
"Qué país aburrido para debatir"
ResponderEliminar¿Qué es lo que queres debatir? Por lo que estuve leyendo, a mi me parece que tenes una posición ya tomada a priori. Pero si me equivoco me gustaria saberlo.
Cuando vi el título del post lo primero q pensé fue q hacía referencia a la dinámica de la Iglesia ante los curas pedófilos: hacemos la vista gorda cuando el problema no estalló, y cuando estalla tratamos de minimizarlo como un simple pecado individual en el cual la Institución no tiene absolutamente nada que ver. La analogía es otra, pero el post está bueno igual
ResponderEliminarPibe Progre, quiero debatir qué salió mal para que Schoklender haya podido robar tanto, y qué implicaciones tiene eso para el lugar de las Madres en la sociedad argentina. Claro que tengo una posición, y me gustaría debatirla y seguir pensando, pero me parece imposible cuando veo artículos que plantean que Hebe es el bien, los medios de comunicación son el mal, y Schoklender un maestro manipulador del que era imposible sospechar. En esos términos, es imposible plantear argumentos, o se cree en la santidad de las madres o no se cree.
ResponderEliminarMaq, si tuviese que plantear una "analogía estructural" sobre el razonamiento de Forster, diría que Hebe es Cristo, los medios de comunicación son el demonio, y Schoklender es Judas. No hay pecado individual, sino algo mucho más grave, que es la traición al representante del bien. Y la traición cumple una función importante, porque exalta la santidad de quien es traicionado. De ese modo, llegamos a la idea de que Hebe es una víctima del mal que va a salir fortalecida y legitimada con todo esto, así como Cristo tuvo que ser traicionado para pasar a la eternidad. Esto puede parecer tirado de los pelos, pero está todo en el artículo de Forster. La estructura cristiana del razonamiento es llamativamente visible.
Jopa, empecé a leer la columna de Forster y no la terminé. Evidentemente es un tipo que carece del don de la síntesis. En lo substancial, es una columna que no dice nada. Como bien señalás, es una mera profesión de fe, un poema cantado a un dogma, un panegírico a una metáfora del bien que asienta en el nombre Hebe de Bonafini, pero no guarda relación alguna con la Hebe real ni sus actos concretos. Como Forster no habla de un personaje real, sino de una construcción metafórica, no hay hechos que puedan ser rebatidos o de los que pueda predicarse su verdad o falsedad. Discutirle sería hacer las veces de Galileo intentando convencer a los inquisidores del movimiento terrestre. Porque, digamoslo de una vez, nadie en su sano juicio puede tener como adalid de los derechos humanos a una persona que públicamente manifestó su alegría por la muerte de personas inocentes en un atentado terrorista, tiene ostensibles vínculos con la ETA e inocultable simpatía con el régimen totalitario iraní. Aún antes del affaire Schoklender la supuesta autoridad moral de la Hebe real ya había quedado desvirtuada. Pero como creencia religiosa, bien lo decís, es intocabe. ¿Para que intentar razonar, entonces, sobre algo que es ajeno al ámbito de la razón?
ResponderEliminarDiego, a mí también se me hizo difícil leer el artículo, por las razonas que mencionás. Por las mismas razones, es imposible de discutir; de ahí mi decepción, ya que discutir ideas es algo que me gusta hacer.
ResponderEliminarComparto también tu percepción sobre Hebe. Creo que es una forma de pensamiento fundamentalista, con una fuerte herencia cristiana, la que plantea que una persona o es buena o es mala, y que quien hizo el bien no puede hacer el mal. No solo que Hebe ya hace mucho viene tomando posiciones (no nos olvidemos de su referencia a la condición de judío de Verbitsky) y haciendo cosas que están lejos de convertirla en un símbolo afín al país pluralista, tolerante y democrático que supuestamente deseamos ser, sino que ya desde antes de este episodio el manejo de los fondos en su fundación eran poco claros (ver acá: http://www.chequeado.com/2010-12-13-22-16-15/644-qld127.html).