lunes, 6 de junio de 2011

Populismo y tecnocracia en Argentina y Estados Unidos

Una breve observación. Es curioso cómo en la política de Estados Unidos el eje izquierda-derecha y el eje populismo-saber neutral (o tecnocracia, como gustan denominarla los populistas) se relacionan de manera inversa a como se relacionan en la política argentina. En la Argentina, quienes defienden políticas "de izquierda" adhieren en general a una forma populista de la política, en el sentido de hacer hincapié en demandas y consignas populares, y cuestionan al conocimiento neutral "tecnocrático", al que vinculan con el neoliberalismo. Quienes defienden políticas "de derecha" lo hacen por lo general apoyándose en un cierto conocimiento neutral de la política y la economía, y cuestionan al populismo por defender consignas demagógicas pero carentes de sustento en el mediano plazo. En Estados Unidos, en cambio, quienes defienden políticas "de derecha" son los más apegados a ciertas consignas populares, a las que dicen defender de la politiquería y la tecnocracia. Son quienes defienden políticas "de izquierda" los que suelen priorizar el conocimiento técnico por sobre las consignas populares.

Lo dicho. Una observación nada más.

4 comentarios:

  1. No se si es tan así. En EEUU hay gente de muy buen nivel técnico y teórico de cada lado, y así como uno puede pensar en el republicano de Texas que defiende la portación de armas por cuestiones testiculares, también tenés el contraejemplo cliché del demócrata de Nueva York que promueve determinada política internacional con gran grado de ingenuidad.
    Entre nosotros, lo que ocurre es que el nivel es parejamente bajo para todo el mundo, nuestras universidades dejan mucho que desear, y si la "derecha" parece presentar mayor solvencia técnica, es porque se nutre de un discurso económico que nace en consultores que trabajan para clientes privados (y por lo tanto, pagan la chantada con su patrimonio, cosa que no ocurre con otros profesionales).
    Más allá de eso, en general el nivel técnico de quienes asesoran a los políticos (de cualquier lado del espectro), suele ser de medio pelo para abajo, porque como decía, salvo excepciones, nuestros universidades (particularmente en ciencias sociales) están muy desconectadas de lo que se debate en el mundo y tienen un marcado rechazo por el conocimiento técnico y propiamente científico. Por poner un ejemplo, en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA se estudia más que nada una religión (el marxismo), a la que de científico le queda poco y nada. Eso hace que la izquierda tenga malos sociólogos, y la derecha no tenga sociólogos en absoluto.

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  2. Es verdad lo que decís. Pero creo que a grandes rasgos, así como en este momento en Argentina uno asocia en términos generales al populismo con la izquierda, en Estados Unidos el populismo es generalmente de derecha. Esto no implica que no haya técnicos y populistas en ambos lados, pero creo que los políticos más populistas (Sarah Palin principalmente) están del lado de la derecha.

    Con lo que decís de la Argentian concuerdo plenamente: la discusión en general es de muy bajo nivel en términos técnicos, y eso se debe en gran medida al mal nivel de las universidades, pero también a que los buenos académicos no suelen ser escuchados. La Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, como bien decís, está desconectada y atrasada.

    De todos modos, no creo que el marxismo sea una religión, aunque lamentablemente se lo suela enseñar como tal. De hecho, a Marx se lo lee con atención en las principales universidades del mundo.

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  3. Como sistema científico, creo que a esta altura del partido las principales premisas del marxismo han sido refutadas, lo cual no implica que en su momento pudieran haber tenido validez como ciencia, y que pueda seguir siendo interesante analizarlas hoy, del mismo modo que se analiza a los filósofos clásicos. Pero a la hora de tomar decisiones concretas de políticas públicas dudo que, excepto acá y en algún lugar de Europa, se siga teniendo en cuenta el marxismo.
    De cualquier forma, el problema no es si se dan clases de marxismo en las facultades, sino el hecho de que se sigan tomando como ciertas cosas que han sido suficientemente refutadas hace décadas, lo que las transforma en un dogma religioso. Otro problema es que tampoco se de importancia (siempre hablo de la UBA) a otros esquemas teóricos, lo que además impide el debate. Los estudiantes salen de la facultad sin estar acostumbrados a poner en tela de juicio su propio conocimiento, y así es imposible que salgan buenos profesionales, sean de izquierda, de derecha, liberales o hinchas de Racing.

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  4. Comparto lo de la ausencia de diversidad de enfoques. Hace tiempo que la facultad de ciencias sociales se divide básicamente entre marxistas y populistas, que se niegan a tomarse en serio enfoques como el liberalismo y el republicanismo. O sea que terminamos con un solo eje discusión que excluye a los enfoques predominantes a nivel internacional. Eso explica, en parte, por qué tantos sociólogos y politólogos son tan proclives a repetir lugares comunes y tan poco adeptos a debatir argumentos.

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