Marcos sostiene que las palabras de Cristina sugieren una tendencia a reforzar el personalismo de su gestión y a acercarse a los sectores más radicalizados ("la juventud"). Roberto, por otro lado, piensa que el discurso fue una sentida expresión de sentimientos personales, y que Cristina eligió acertadamente enfatizar la celebración juvenil como parte de su ingreso a la política.
Yo no considero que ambas posturas sean necesariamente excluyentes, pero creo que Roberto es demasiado optimista respecto de la posibilidad de separar la expresión de sentimienos personales de los cálculos estratégicos que ellos (auténticos o no) conllevan, tratándose de una jefa de Estado. Si Cristina eligió agradecer a los jóvenes, y a nadie más en particular, es porque cree que ellos son la mejor expresión de las virtudes políticas que su gobierno debería honrar. No creo, entonces, que se trate sencillamente de una celebración del ingreso de los jóvenes a la política, tanto como una celebración del ingreso de los jóvenes al kirchnerismo y de su movilización en defensa de su proyecto político. Más aún, puesto que el gobierno se presenta a sí mismo como el único proyecto auténticamente político, en oposición a la tecnocracia y a la subordinación a intereses particulares, hay razones para pensar que ingreso a la política e ingreso al kirchnerismo serían considerados como equivalentes.
Ya es innecesario señalar que este gobierno no se piensa como representante de algo más que su proyecto político particular. La presidenta no agradeció las muestras de respeto de los opositores al gobierno, en línea con los intelectuales que sostienen que la muerte de Néstor es propiedad de quienes apoyan a este gobierno y no del país en su conjunto. Tal como ha ocurrido con la causa de los derechos humanos, se ha elegido hacer del episodio una oportunidad para acentuar diferencias y descalificar a periodistas y opositores, antes que para reconocer la mutua pertenencia por sobre las diferencias.
Como señala Marcos, y como se ha visto en los últimos días en los medios y blogs oficialistas, los apoyos más "ideológicos" al gobierno (es decir, aquellos que lo apoyan por estar de acuerdo con su causa más que por cualquier beneficio particular) son los más confrontativos y los menos dispuestos a otorgar legitimidad a los adversarios políticos. Si estos son los sectores que vendrán a "llenar el vacío" dejado por la muerte de Néstor, es de esperar que la estrategia de confrontación y descalificación no solo se acentúe, sino que se vuelva irreversible. Es probable que este sea uno de los principales objetivos del gobierno.
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