Esta mezcla de entrevista y nota en Página/12 me parece un reflejo del culto a la mediocridad y el desprecio por el mérito que sobresale en gran parte de la intelectualidad argentina. En la nota, una serie de ignotos intelectuales locales, medianamente conocidos al interior de la Argentina, explican por qué Vargas Llosa no vale tanto la pena, por qué su éxito es puramente superficial. Uno incluso explica que el premio Nobel implica "honor" pero no "prestigio", sea lo que sea que eso signifique. Hasta donde yo sé, ninguno de estos escritores es traducido a diferentes idiomas, ni leído afuera de la Argentina; ni siquiera son demasiado conocidos dentro de la Argentina. Aun así, se consideran lo suficientemente legitimados como para desautorizar, en un diario de circulación nacional, el reconocimiento internacional de Vargas Llosa.
Estos "intelectuales" son como los empresarios argentinos: siempre pidiendo proteccionismo y subsidios frente a la insidiosa penetración de la industria extranjera. En vez de buscar la excelencia internacional, en vez de buscar ofrecer un producto intelectual con calidad de exportación, pretenden convencer de que en su sencillez radica la autenticidad nacional.
Estoy totalmente de acuerdo con lo que planteas. Es un gran vicio argentino eso de estar siempre mirándose al ombligo y peleado con el mundo. Es una verdadera lástima, y más porque alguna vez el arte y el pensamiento argentinos tuvieron relevancia internacional. Lamentablemente, hoy el contexto no da para que aparezca un escritor con proyección mundial. El sistema está cooptado por estos personajes de medio pelo, lo que hace que las universidades, los organismos públicos y privados, los centros culturales, les sean funcionales e impidan que se cultiven verdaderos talentos.
ResponderEliminarIgual, mucho peor es lo que hacen los industriales, que con décadas de protección y subsidios jamás invirtieron en ser competitivos y exportar al mundo. Siempre prefirieron fumarse la guita y joder a los consumidores locales, y llorar cada vez que les aparece algo de competencia.
Creo que en la Argentina se premia y se castiga demasiado en base a la ideología política, y demasiado poco en base a criterios no políticos. De ahí que los intelectuales pasen a menudo más tiempo pensando en cómo posicionarse políticamente que en la calidad de lo que escriben. Y los industriales, viendo cómo consiguen políticas favorables a sus industrias, más que buscando mejorarlas.
ResponderEliminarque pasa no se puede pensar distinto que dice el grupo aurora el que se tubo inauguracion y despedida los de carta pueden equivocarse pero los del grupo aurora ¿ se acuerdan'?donde se reunen la usina del pensamiento ideal
ResponderEliminarMe parecen que son generalizaciones un poco arbitrarias. "los intelectuales" es un cuerpo difícil de agrupar. Si nos centramos en los escritores, hoy argentina no pasa su mejor momento, aunque desde luego los hay muy buenos. Curiosamente antes la clase alta nos regalaba algún talento 8Borges, Bioy Casares) pero ahora no tenemos que conformar con Macri.
ResponderEliminarY no es ombliguismo: Vargas Llosa es un tipo muy provocador e impugnador de quien no piensa como él "espero que los argentinos voten bien...voten por lo que ya tuvieron" ¿cuantos se atreven a opinar así de un gobierno de otro país?
Salutti
Avallay, estoy de acuerdo en que los "intelectuales" es una categoría demasiado amplia. En mi comentario buscaba referirme exclusivamente a los mencionados en la nota de Página/12.
ResponderEliminarPor otro lado, estoy de acuerdo en que Vargas Llosa, como varios otros grandes escritores, es demasiado bocón cuando habla de política. Pero ello no desautoriza sus méritos literarios, como pretenden algunos.